A partir de este momento pueden comentar sobre sus ideas y construcciones personales sobre los textos y la temática en general: proponer debate, hacer preguntas, postular nuevas visiones, etc.
¡Un abrazo!
Juan Esteban Mosquera Jiménez
3/11/2011 08:14:37 am

En una posición claramente marcada, creo que es buen tiempo para mí y tal vez para otros, comenzar a nombrar las cosas, es decir aplicar lo general y los conceptos en lo concreto: esto jamás quiere decir, ser ofensivo, o bien, desviarse a la observación sesgada y sin meta de desarrollo y debate sano.

Por lo tanto, quiero compartirles esto:

LA CREATIVIDAD EN UNA FORMA Y MODO DE CIUDAD

La cultura es interacción social. Empero, no nos convoca realizar un análisis de la cultura y sus componentes constitutivos o determinantes, pero sí de uno de sus elementos…las representaciones sociales, constructos que de diferentes posiciones dan cohesión y un sentido a la Ciudad pero vista bajo el amparo del paradigma Clínico-Estético de la Clínica de Lo Social, resaltando principalmente el terrorismo creativo como emergencia en la escisión de éstas representaciones que refuerzan al entramado complejo de la discriminación y la intolerancia: a veces traducida en violencia pura en el discurro cotidiano o bien cuando se lleva al acto; lo observamos en las calles sobre las cuales los desfiles y la teatralidad que vemos en ocasiones, son toda una pompa carnavalesca que en espíritu festivo no tiene nada de diferente de otros como manifestación cultural, rico en creatividad sea cual sea el motivo. Esta escisión es replantearse otras formas de generar vínculo con la Ciudad.
Concretamente, hablo del desfile del Orgullo Gay. Consciente que no convoco las palabras desde algún juicio de valor retrógrado ni moral, tomo la batuta en cuanto a la observación de lo cotidiano y el discurso de la Ciudad, para analizar desde los micro estallidos, un aura estética cuya forma se condesa y emerge mezclada con la libertad, represión y alegría generando una carga de significados simbólicos: aceptados y rechazados.
A través de éste hilo conductor, es importante reconocer en la libertad precisamente la esencia del ideal de justicia y el valor de la misma; sin embargo, si la libertad y la identidad emergen desde la fuerza y el esfuerzo por el reconocimiento, alentado por la urgencia de una aceptación que no genere discriminación y otras acciones terroristas destructivas, es preciso apuntar que en éste caso concreto, ése ánimo es transgresor y su fuerza bella como estética de lo humano en su forma genuina artística y creativa, apunta más a un sostenimiento o mucho peor, a un retroceso poco alentador de la imagen que se desea proyectar: se convierte en antítesis de esas formas fabulosas de la expresión humana.
Ahora bien, la cultura es constituyente y es constitutiva: es decir, pese a que algunas cosas pueden perderse en lo indeterminable, o emerger con claridad heurística, tras la aceptación de búsqueda de lo complejo: no podemos negar el contexto y pensar que uno u otro lado pueden cambiar al otro sin cambiar ellos mismos en su posición. El respeto no se impone, se gana. Y no se habla del respeto sólo por ser humano, el cual es inherente, sino por su posición en el mundo, por su legado, por el reflejo de esa luz más allá de la individualidad y el colectivo; es producir desde el interior, una fuerza destructora hacia el SER, pensarse, y dar como producto una explosión hacia el otro, sin perderse pero reconociéndose en él como parte de uno mismo: Somos tanto desde nuestra libertad, como somos para los otros, una identidad social que no podemos negar, somos el que está en la mente del niño, del Policía, del Agente de Tránsito, del transeúnte con el que cruzamos un saludo, del amigo, del hermano, en fin…pese que nos reconocemos como sujetos individuales, es de analizarse y reflexionar ése que también existe, que es válido, que crea y constituye, como ya se ha dicho, parte de la Ciudad en sus formas.
Terminado esta reflexión, no se quiere proponer alternativas desde la lejanía y el imaginario personal: Ese ejercicio pertenece a otro lugar; pero si se puede pretender ser violento para que la creatividad en todos sus cursos, se encamine a replantearse cómo me pienso teniendo en cuanta cómo me piensan: Generar alternativas de participación ciudadana para vivir y marchar creando la mejor armonía posible en lo cotidiano, orgulloso de ser parte de una fuerza creadora sin negarse a uno mismo y al otro con el que construyo Ciudad.

Si bien lo anterior es algo genérico - empero nombra un modo de Ciudad claro- creo que contiene aspectos interesantes para que apoye un debate y un diálogo abierto y constructivo: Enriquecer.

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